La finalidad de hoy es pedir ayuda y protección. Puede ser Dios, el Ángel de la Guarda, los Arcángeles, Yo Superior, el Comité de Yo Superior, La Naturaleza, La Pachamama, Hunab Ku, el Doble Cuántico…Lo que para ti represente la deidad, para el ejercicio voy a emplear el Ángel de la Guarda, pero recuerda utilizar el que más se acomode a tus creencias religiosas. Lo importante es que al visualizar a esa presencia sientas su extraordinaria fuerza y determinación, al mismo tiempo que te protege y ayuda.
Comencemos (aquí tienes el vídeo):
En un lugar tranquilo, siente cómo tu abdomen sube y baja con la respiración. Tus músculos se relajan. Visualizas todo tu cuerpo y una perla blanca que tienes debajo de tu ombligo, hazla grande, como un globo nacarado que te envuelve y protege. Ahora, Siente las plantas de tus pies, e imagina que de ellas salen unas fuertes raíces que te anclan al centro de la tierra. Esas gruesas raíces, te arraigan al aquí y ahora, que es tu momento de poder.
A continuación, siente tu coronilla, la parte más alta de tu cabeza, y desde ahí, imagina un rayo de luz blanca que sale de ella y te conecta con el Sol. Inventa una puerta en él, y al abrirla, una gran escalera mecánica llena de luz te lleva al Gran Sol Central. Cuando llegas, representa una imagen de tu cuerpo que se codifica ahora con energías de comprensión y amor. Permítete sentir ese amor incondicional, esa sensación de merecimiento y afecto.
Y desde ahí, das la bienvenida a tu Ángel de la Guarda, a los Arcángeles, a todos sus ayudantes que trabajan con esa energía de alta vibración.
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