BIENVENIDX A LA NOCHE DE SAN JUAN
EN COMPAÑÍA DE LA TRIBU DE LOS CORAZONES ROTOS
BIENVENIDX AL PRIMER DÍA DEL RESTO DE TU VIDA
Nos encanta que estés hoy aquí, es el día de la culminación de todo lo que se ha estado ensayando, testando, para realizar el ritual por primera vez de forma fluida y agradable. Tu presencia aquí con nosotros importa. Somos conscientes que tu vida conlleva un regalo para toda la humanidad. Gracias por existir.
Antes de comenzar el ritual vamos a repasar los conceptos básicos:
1.- Estar en un lugar tranquilo y cómodo. Si tienes niños pequeños, aprovecha cuando estén dormidos.
2.- La respiración importa. Siente cómo tu abdomen sube y baja cuando inhalas y exhalas el aire.
3.- Visualizar es un elemento esencial. Si por cualquier causa no puedes imaginar tu cuerpo, una perla, un globo transparente, un gancho, una espada. Sencillamente busca una foto de esos objetos. Si aumentan las sensaciones que experimentas, incluye esa sensorialidad en el proceso porque hace que tu experiencia sea más completa. Cuanto más vívido y consistente sea el ritual, más poderoso se convierte. Recuerda que en todo momento tienes protección, también que tú eres quien decide cuando y cómo sucede la acción.
4.- En el transcurso del ejercicio puede suceder algún imprevisto: una cuerda demasiado fuerte, un gancho que no permite arrancarle. Date la libertad de usar tu imaginación, por ejemplo, aplicas una barra de hielo que congela el gancho y luego, con un pequeño golpecito, se rompe en mil añicos. La creatividad es tu mejor amiga, todo está permitido para ti.
5.- Si, por ejemplo, doy la orden: corta con una tijera ese cordón, y en ese momento, tu mente imagina una sierra eléctrica que corta un grueso tronco. Lo que estás visualizando es lo correcto. Tu inconsciente está interpretando las instrucciones y las está adaptando a tus necesidades particulares. Recuerda que siempre desvelo el resultado que se quiere obtener para que tu mente cree toda la escena que verás nítidamente. Otra forma sería, al cortar todos los lazos que te aferran a tus ex-parejas sexuales, visualizar patas de pulpo que se pegan al cuerpo por la parte del pubis. Imagínate un lanzallamas y libérate de todas esas patas mientras aplicas fuego a las mismas.
6.- Recuerda que el propósito de este ejercicio es recuperar todos aquellos pedazos de tu energía que se han quedado dispersos por tu historia personal, parejas, amantes, situaciones, traumas, decepciones, engaños, autoengaños. Pero quedan postergados para otro momento la limpieza del complejo de víctima, el complejo de Salvador, el complejo de Dios; los parásitos energéticos, portales dimensionales, contratos karmicos, entre otros.
7.- Te recomiendo que antes de iniciar el ritual, repases todos los posts publicados sobre esta Noche de San Juan en la Tribu de los Corazones Rotos, para tener los conceptos claros y que te suenen familiares.
Comencemos: En un lugar tranquilo, siente como tu abdomen sube y baja con la respiración. Tus músculos se relajan. Visualizas todo tu cuerpo y una perla blanca que tienes debajo de tu ombligo, hazla grande, como un globo nacarado que te envuelve y protege. Ahora, Siente las plantas de tus pies, e imagina que de ellas salen unas fuertes raíces que te anclan al centro de la tierra. A través de ellas, experimentas una poderosa fuerza que recorre todo tu cuerpo y percibes una sensación de seguridad y certeza.
A continuación, experimenta una sensación sobre tu coronilla, puede ser un cosquilleo, una ligera presión, y desde ahí, imagina un rayo de luz blanca que sale de ella y te conecta con el Sol. Inventa una puerta en él, y al abrirla, una gran escalera mecánica llena de luz te lleva al Gran Sol Central. Cuando llegas, representa una imagen de tu cuerpo que se codifica ahora con energías de comprensión y amor. Permítete sentir ese amor incondicional, esa sensación de merecimiento y afecto.
Justo en ese momento aparecen los Arcángeles, sus ayudantes que trabajan con esa energía de alta vibración y tu Ángel de la Guarda. Les das a todos la bienvenida, están aquí para protegerte y cortar todos esos lazos que te obligan a repetir una y otra vez historias de dolor y desamor.
Miras hacia abajo, allí se encuentra tu cuerpo físico, con todos esas cuerdas, ganchos, que no son tuyos, que pertenecen a otras personas o situaciones y te mantienen en cautividad. Levantas tu mano para dar la orden de inicio del proceso, y todos los ayudantes se precipitan para cortar, quemar, arrancar de raíz esos cordones, esas cadenas. Empiezan por la cabeza, la inspeccionan cuidadosamente, y mientras realizan su labor, los arcángeles repliegan sus alas sobre tu cuerpo, protegiéndolo durante el proceso.
A continuación despejan tu frente de todos los velos que dificulten tu intuición natural, y bajan a la garganta, cortando lazos largos que te impiden expresar tu verdad íntima; algún Arcángel se acerca para mutilar con su espada cordones gruesos y recuperas esas expresiones verbales genuinas que te hacen tan único y especial.
Al descender al pecho, toda esa maraña de hilos finos rojos, enredadas en cadenas metálicas; son arrancados de cuajo por los Arcángeles, y rápidamente los ayudantes sanan los lugares que han sido limpiados con una luz verde esmeralda, que es un bálsamo reconfortante para las heridas del corazón.
Bajan justo al plexo solar, que se encuentra en la boca del estómago, tal vez notes la sensación de pesadez en ese lugar, porque tu poder ha sido afectado por las innumerables ocasiones en que has postergado tu soberanía personal. Amputan y limpian con eficiencia todo lo necesario.
Tu Ángel de la Guarda supervisa el proceso en todo momento, y a la altura de debajo de tu ombligo, agarra con fuerza esos blancuzcos tubos carnosos que se propagan por toda tu pelvis, con precisión los Árcangeles trinchan y queman todo esto que te ata sexualmente a tus ex parejas y a sus relaciones anteriores. En tu sexo, colocan un enorme embudo doble, su posición es arriba y abajo, entre las piernas, que te protege e impide que este tipo de energías de baja vibración puedan colarse.
También se fija un embudo doble debajo de tu ombligo, que está una parte delante y otra detrás; lo mismo ocurre en la boca del estómago, en el corazón, en la garganta, en la frente y por último en la coronilla, un enorme embudo arriba y abajo.
Se siente una ligereza y bienestar en el cuerpo. Los Arcángeles queman todas las sustancias arrancadas y las cenizas son transportadas lejos para su reciclaje.
Por último puedes imaginar frente a ti una enorme hoguera y a todos los colaboradores soltando esa energía densa que se consume en el fuego; es un fuego purificador, liberador.
Disfruta del resultado de esta limpieza y recuerda que puedes volver a realizarla tantas veces como quieras.
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