¿Te ha pasado alguna vez que tú valoración de ti mismo es tan baja que no crees merecer a determinada persona, o casa, o trabajo?
A veces nos hacemos pequeñitos, es cierto que vivimos en una sociedad que no promociona los valores o dones de cada individuo. Cuando alguien me viene con qué “es que no soy tan buena como mi amiga en informática” o “ mi hermano siempre sacó mejores notas que yo, él es realmente bueno en matemáticas” y un millón de ejemplos más, siempre me viene a la cabeza el ejemplo del pez y el mono. El pez es magnífico nadando pero si le pones a subir un árbol no podrá, y viceversa el mono trepará muy bien a un árbol, pero no es un excelente nadador.
Entonces ¿por qué nos exigimos ser los mejores en todo? Me gustaría que hicieras un ejercicio: Escribe en un papel que son las cosas que haces bien, me da igual si eso es freír un huevo o construir un edificio. Promociónate, todos tenemos cantidad de virtudes, todos y cada uno de nosotros somos buenos en algo. Deja de fijarte en que se te da menos bien, y ¿ves? empieza por hablarte bien, a mi se me da muy bien trabajar con las emociones, pero las mates se me dan menos bien, es distinto como se registra “menos bien” que “mal”.
Es un truco, el subconsciente no tiene sentido del humor, lo que le digas se lo va a creer. Así que empieza a decirle todos los días lo bien que haces esto o aquello. Siempre crece en lo que pones la atención, así que como te cuesta el mismo trabajo, ponla en cosas que te sumen, porque esas se harán más grandes.
Imagina que todos fuéramos grandes matemáticos ¿quién escribiría poesía? ¿Quién nos curaría? ¿Quién compondría canciones?
Sé consciente de tu diferencia, de lo que aportas al mundo, porque te necesitamos. Brilla, a pesar de las circunstancias, a pesar del momento que estés atravesando, eres un alma llena de dones maravillosos, no te escondas en que no lo mereces, es solo una excusa para no salir al escenario y compartirte.
La mayoría de las veces el no merecimiento está relacionado con esos momentos dónde quisiste hacer alguna cosa y otra persona te desanimó, te hirió, te dijo que no saldría bien, y un montón de mata sueños más. Pero la buena noticia es que tú ya no eres esa persona de ayer, ni tan siquiera eres la de hace cinco minutos. No necesitas el permiso de nadie para ir a por todo lo que deseas. Nadie, absolutamente nadie tiene la facultad de hacerte sentir que n o mereces algo, eres tú quien le otorga ese poder.
Me voy a por mi mejor versión ¿me acompañas a por la tuya?
Feliz vida
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